DEL SEÑORÍO AL DUCADO REAL

El Ducado tiene su origen en el Señorío de Gandia creado en 1323 por Jaime II de Aragón. Será con Alfonso El Viejo cuando se convierta en Ducado por el privilegio que le otorga el rey Martín El Humano.

A este primer Duque Real le sucederá su hijo, Alfonso El Joven, quien murió en 1422 sin descendencia, y el título de Duque de Gandia revirtió a la corona. A este primer momento de esplendor del ducado le seguirá un período de decadencia marcado por la ausencia de los sucesivos Duques en el territorio de Gandia.

Ante la ausencia del Duque, título que ahora ostentarían, entre otros, Juan, rey de Navarra o Carlos, príncipe de Viana, el ducado llega a un período de decadencia.

La titularidad Real del Ducado terminará cuando, estando en guerra en Granada, Fernando II de Aragón, venderá el Ducado de Gandia al entonces cardenal Rodrigo de Borja.

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LOS BORJA EN GANDIA

1485 es el punto de partida de la unión del Ducado de Gandia con la familia Borja. Rodrigo de Borja adquiere el Ducado para su hijo mayor Pedro Luis, I Duque Borja de Gandia, así como un compromiso matrimonial con María Enríquez de Luna, prima hermana de Fernando el Católico. Este matrimonio no llegó a hacerse efectivo, y el Duque falleció en Roma en 1488 sin descendientes. Su sucesor sería su hermano Juan de Borja, quién se unió en matrimonio a María Enríquez ese mismo año.

De esta unión sí nacería un heredero, Juan. Pero de nuevo el destino dejaba viuda a María, cuando en 1497 su marido era asesinado en Roma y su cuerpo arrojado al río Tíber. Este episodio nos revelará la figura de una mujer valiente y adelantada a su tiempo, que llevará el Ducado de Gandia a su etapa de mayor florecimiento cultural y económico.

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LA REGENCIA DE MARÍA ENRÍQUEZ Y EL ESPLENDOR DEL SIGLO XVI

Tras la muerte del II Duque de Gandia, los planes del Papa Alejandro VI pasaban por convertir a su otro hijo, César, en heredero y sucesor de su hermano Juan.

Con lo que no contaba el Papa era con la firme oposición de María Enríquez, quién asumirá la regencia del Ducado hasta la mayoría de edad de su hijo Juan, período que va de 1497 a 1511. En este tiempo, rota la tutela del Papa, la nueva Duquesa Regente venderá los territorios del ducado en Italia y adquirirá para Gandia algunos importantes señoríos más cercanos, saneará las cuentas y reorganizará el archivo señorial.

Además, en el plano cultural fue una gran mecenas del arte, llegando a ser considerada introductora de los más prestigiosos artistas renacentistas italianos en la península. Bajo su gobierno llegarán a Gandia artistas como Pere Compte, Damià Forment o Paolo de Sanleocadio.

Este período de esplendor culminará bajo el gobierno del IV Duque, Francisco de Borja, quién funda la primera Universidad de Gandia, y antes de marchar a Roma para ingresar en la Compañía de Jesús, dejará incorporado al Ducado de Gandia el Condado de Oliva, con el matrimonio de su hijo y sucesor Carlos, con Magdalena Centelles. De este modo, se reunirán bajo tutela de los Borja los dos principales centros productores de la caña de azúcar, el “oro blanco” que suponía el motor de la economía del Ducado en este período.

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EL OCASO DE LOS BORJA EN GANDIA

Con la expulsión de los moriscos en 1609 empezará el declive del cultivo de la caña de azúcar, y en consecuencia, la peor crisis económica del Ducado Borja.

No obstante, será en la segunda mitad del siglo XVII e inicios del siglo XVIII, cuando se produzcan las grandes obras barrocas dentro del Palau Ducal, siendo su mayor exponente la Galería Dorada, construida a expensas del X Duque, Pascual Francisco de Borja y su mujer, Juana Fernández de Córdoba.

Con la muerte del XI Duque de Gandia, Ignacio Francisco de Borja, sin descendientes, el Ducado quedará, por línea femenina a través de sus hermanas, emparentando por matrimonio con otras familias nobles. Será fruto de esta política de enlaces matrimoniales por la cual el Ducado de Gandia llegará a manos de los Duques de Osuna.

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LOS JESUITAS EN GANDIA

Serán los Osuna quienes abandonen el edificio, pues tenían residencia en otras ciudades como Sevilla o Madrid, no sin antes llevarse todo el contenido del mismo a estas propiedades.

Debido a su estado de deterioro, sale a la venta en subasta pública casi un siglo después de su abandono, siendo comprado por la Compañía de Jesús el 31 de Agosto de 1888. A ellos, corresponden algunos de los Tesoros del Palau, como las Sargas o la construcción de la Capilla Neogótica.  

Esta compra está motivada porque el Palau es la casa natal de un santo jesuita: San Francisco de Borja, también IV Duque de Gandia.

Empezará en este momento el período de recuperación del edificio, y la puesta en valor de su dilatada historia.

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